Uno a la vez, cada niño (con los ojos vendados) y llevando en las manos un elemento que hace de cola (una cuerda, tela o similar con un alfiler o chincheta en la punta) gira hasta quedar desorientado.Entonces el niño intenta colocar la cola en el burro. El jugador que consigue colocar la cola en el lugar correcto, o lo más cercano posible, gana.
El juego aparece enlistado en un catálogo de juegos estadounidenses compilado por la Asociacion de coleccionista de juegos Americanos del 1889 y atribuída a Charles Zimmerling.
El juego muy a menudo viene utilizado por los psicólogos y psicoanálistas para evaluar las capacidades de investigativas e intelectuales de los niños.
¿Entonces? ¡A jugar se ha dicho!
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